Cuando nace un bebé cercano a mí, me pasa que revivo cada una de mis experiencias de los primeros días cuando mi hijo Augusto nació.
Todas las mamás intentamos ofrecer nuestras experiencias a esa amiga o hermana que con cara de felicidad y terror, estrena el gran título de MAMÁ.
Los mejores consejos que yo recibí fueron de parte de Loly y Marisa, quienes dirigían el curso sicoprofiláctico que tuve la dicha de hacer. Fueron consejos valiosísimos que quiero compartirlos también contigo...
1.- Cuando el bebé duerme, la mamá duerme. ¡Esta es la regla de oro para vencer el agotamiento!
2.- Permite que quienes te rodean, te ayuden con las tareas cotidianas. No intentes tener el control, por ejemplo, de lo que pasa en la cocina o de cómo estan lavándote la ropa. Simplemente relájate y agradécelo.
3.- No tengas miedo de aceptar y afrontar la depresión post parto. Es durísimo, pero háblalo con tu pareja y traten de ganar esa batalla, si necesitan ayuda externa, búsquenla. La llegada de un bebé es una experiencia maravillosa, pero abrumadora al mismo tiempo. Esto último, nadie te lo dice... aún no sé el porque...
4.- Házte valer de todos los recursos a tu alcance para amamantar a tu bebé: alimentate bién, evita los alimentos que dan gases al bebé, toma mucha agua, compra un par de pezoneras, una silla mecedora comodísima, paciencia y manos a la obra. Es una ardua labor, pero en extremo gratificante y saludable para tu hijo. Recuerda, a medida que la demanda de leche se incrementa, el cuerpo se activa y empieza a producir más. ¡El cuerpo humano es una máquina perfecta!
jueves, 9 de agosto de 2012
viernes, 13 de abril de 2012
De viaje por Buenos Aires
Escaparse a esta ciudad porteña,
te brinda un sinfín de oportunidades de disfrute para todos los gustos. Sibaritas,
amantes de la cultura en todas sus manifestaciones, del deporte, de la vida al
aire libre, todos tienen espacios para enamorarse de esta ciudad y querer
volver…
Soy fiel creyente que una de las
mejores maneras de conocer un país o ciudad es
recorriendo sus calles, hablando con su gente y por supuesto comiendo su
comida…
Esta vez decidí recorrerla
caminado, de esta forma tienes la oportunidad de detallar sus calles, su
arquitectura, esa que le ha valido el apodo de la “París americana” y para
recuperar la energía después de kilómetros de caminata, puedes parar en
cualquier restaurant o heladería con la garantía de que comerás delicioso.
En este viaje aproveché también
de ir a trotar a los Bosques de Palermo, el pulmón de la ciudad. Es un lugar
mágico, a medida que avanzas, la naturaleza te va sorprendiendo, una vista
fantástica del lago, enormes árboles, la grama es de un verde que sorprende. Son
espacios cuidados y mantenidos casi con devoción. Equipados hasta con baños
químicos. Si te interesan las carreras o los maratones, te sorprenderás con todas
las opciones que hay, anímate y chequea por internet a ver si tu viaje coincide
con alguna del calendario, www.clubdecorredores.com.
Los fines de semana estos Bosques
se llenan de familias, caminando, jugando fútbol, en patines o bicicletas
propias o alquiladas en el lugar, la verdad que admiro esa fascinación que
sienten los porteños por la vida al aire libre y por compartir con la familia.
También los verás tendidos en la grama, aprovechando hasta el último rayo de
sol.
Si en lugar de caminar, lo que
quieres es recorrer la ciudad con bicicleta también puedes hacerlo, con paseos
guiados o por tu cuenta, hay bici sendas que hacen que los viajes sean más seguros
de recorrer. La empresa más organizada de alquiler es “la bicicleta naranja” www.labicicletanaranja.com.ar.
Para la próxima, seguro me voy por esta opción…
Mi sugerencia si visitas esta
gran ciudad, es que busques alojarte en algún barrio como Belgrano, Recoleta o
Palermo, donde se consiguen opciones de alquiler de apartamentos equipados, de
esta forma te mantienes en contacto con la cotidianidad de su gente, sus
mercados y esto te permite conocer y entender más como esta sociedad se mueve.
Verás los cafés repletos de gente a cualquier hora, inclusive pasada la media
noche…tomando un té o café acompañado de medias lunas, comiendo, leyendo y
escribiendo, eso es muy común. También verás el profundo amor que siente esta
sociedad por los perros, verás miles en la calle, caminando con sus dueños o atados en la pata de la silla de los cafés al aire libre. También
están los “paseadores”, esos personajes pintorescos que pasean a decenas de
perros a la vez con maestría.
Por supuesto que tengo que
contarte también de la comida, no puedes perderte ir a una buena “parrilla
argentina” y pedir un matambrito de cerdo, degustar la amplia variedad de
empanadas, mis preferidas, las de carne de “Los inmortales”, la pizza (los
entendidos en materia gastronómica aseguran que son mejores que las de Italia),
guiso de lentejas y los postres que
ningún comentario que yo haga podrían hacerle justicia.
En fin, hay que ir o volver… yo
volveré, mientras tanto sigo con mi nostalgia porteña.
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