Esta vez le toca el turno a la preocupación, sí, a esa que desde que decidí abrir este espacio había estado evitando a toda costa, porque creía que ya había suficiente dosis en mis alrededores; porque creía que no era necesario… finalmente más de la teoría de la negación. Sí, estoy hablando de la preocupación por las cosas que ocurren en mi país, en Venezuela.
Y cuando digo, “las cosas que ocurren en mi país” me refiero exclusivamente a la tensión política, a la degradación que hemos experimentado como sociedad, a la perdida de los pocos valores que teníamos, y me permito decir esto último, porque muchas generaciones anteriores se habían empeñado en inculcarnos valores, decencia, principios, con resultados poco satisfactorios, por eso ahora nuestra realidad es tan terrible, considero que fué muy fácil mover algunas piezas en el colectivo, ya que aún no habían dado fruto los esfuerzos anteriores. Si te quedan dudas, recuerda los esfuerzos del ilustre Arturo Uslar Pietri del cual estamos celebrando los cien años de su nacimiento.
Ayer tuve un acto en una universidad local, y tanto las autoridades universitarias, como algunos alumnos encargados de dar un mensaje en nombre de sus compañeros dejaron entrever sus terribles preocupaciones, dolor, angustia, ira, impotencia, ante la bizarra sociedad en la que nos hemos convertido. Sociedad llena de impunidad, celebración de la mediocridad, una sociedad presa, desorientada, pero en definitiva, una sociedad que aún no encuentra las armas intelectuales para superar esta situación.
Insisto que la única vía es votar, participar. Aunque valga de muy poco, pero es mucho peor ser espectadores que protagonistas. Es mucho peor seguir amparandonos bajo el manto de nuestra inmadurez politica la cual ya nos ha demostrado que tiene un coste altísimo.
1 comentario:
Y los que tenemos un empleo en cualquier instituto del estado, estamos obligados a callar y obedecer como corderos, que más se podía esperar de un país que se basa en una imagen cubista.
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